- AEMA EN LA PARISH WALK DE LA ISLA DE MAN (Noticias de los Socios)
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- Creado en Jueves, 25 Junio 2009 01:45
- Última actualización el Martes, 16 Abril 2013 16:22
- Escrito por Sandra Castellano
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El día anterior viernes 19 de junio de 2009
Nos han pedido que llegáramos todos a las 7h30’ en un último mensaje de móvil.
Hace ya 3 semanas que la Organización empezó a enviarnos pequeños mensajes para darnos consejos e instrucciones. Además, nos enviaron a casa un bonito libreto con el mapa, los reglamentos y la lista de los participantes. Imposible olvidar la fecha del evento, hora y lugar para recoger el dorsal. El día anterior nos aconsejaron también vía móvil que comprobáramos si habíamos seleccionado los calcetines y las zapatillas adecuadas. Además, al registrarnos, nos pusieron una pulsera- cronómetro y nos pidieron que introdujéramos 2 números de móvil para que nuestros supporters pudieran seguirnos en directo. Añadieron que esto podría ser útil en caso de accidente
Hoy 20 de junio es la competición . Hace a penas dos horas, nos hicieron prometer en el último mensaje recibido que no saldríamos deprisa habiendo bebido mucho antes de tomar la salida.
¡Cómo se nota la tradición, la marca de un evento! Los organizadores saben mucho de marketing afectivo: supieron crear los vínculos y el anhelo necesario para que nos sintiéramos todos amparados y no desistiéramos de nuestro proyecto.
Siguen motivados los 300 primeros dorsales que ya han realizado tantos Parish Walk , pero también los locales que competían por primera vez y los extranjeros: todo un logro! Ingleses independientes, ingleses de la Corona, Irlandeses y Alemanes, más una española componen la comitiva.
Sábado 20 de junio 7h30.
LLego a la hora indicada al club de Atletismo. Muchos dorsales ya están sentados en la grada con sus acompañantes los conductores revisando las estrategias
Cuentan por última vez, cuántos víveres hay en los cofres. Temperatura: 15 grados.
Una riada de marchadores de todas las edades y de todos los sexos parecen conocerse y entablan conversaciones mientras nos dirigimos al arco de salida. La mayoría son rubios o pelirrojos, fuertes, de tez muy pálida y ojos claros. Muchos llevan gorros y sudaderas. Yo sólo llevo una camiseta, el chubasquero y el bip. Vuelan los minutos: pistoletazo de salida.
Apenas arrancamos, le pregunto a un vecino dónde debería colocarme porque no hay starters boxes, ni globos, ni todo aquello a lo que me había acostumbrado en las carreras. Mi miedo es no tener el nivel necesario, no poder seguirles y perderme por los caminos aunque lleve un plano pequeño del recorrido. El hombre me contesta riéndose abiertamente: “No te preocupes, somos una gran familia y como tal, vamos a marchar un buen rato juntos, ya verás ¡ (....) ”. Buen pronóstico.
Dos vueltas al ruedo del estadio para los fotógrafos y la prensa y vamos todos juntos los del paquete a un ritmo medio hasta Marown (4,5 miles). Me cuentan que los “del front”, así llaman aquí a los expertos , han salido zumbando desde los primeros metros.
Muchos voluntarios y policías dirigen el tráfico y nos canalizan para que no salgamos de la vía que nos han reservado.. Es casi imposible adelantar posiciones, simplemente hay que seguir la corriente. Huele a hierba recién segada. El campo está despertándose. Es como si la Naturaleza entera se estuviera desperezando con nosotros.
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De camino a Santon ( 11, 5 miles ), la cosa se va animando , ya ocupamos casi toda la carretera. No hay vehículos , excepto los que están aparcados en caravana peregrinando con los marchadores. Es curioso, cada familia a decorado el coche con detalles especiales .Ponen los números de los dorsales en la ventana. A veces hay varios números (lo impide el reglamento). Hace ya un buen rato que se suceden los toboganes, los “famosos hills and downs”. Todos los marchadores hemos incrementado nuestro ritmo lo más que hemos podido. Me están sirviendo mucho los entrenos de intervalos que estuve haciendo toda la primavera en el gim con la cinta corredora. También me sirve recordar las sensaciones que tuve en la carrera de Africa y en algunos tramos del maratón de Madrid.
Ahora ya no charla nadie. Se puede leer en los rostros signos de determinación: se acabó el plan rodada rapidilla. Empiezo a oír alguna respiración entrecortada. Llegamos a Santon, registro mi tiempo con el bip.
Hay cola en los baños. Tendría que pararme pero paso. Intuyo que no debo salirme para nada del pelotón
Coincidimos durante unos 300 metros los que llegamos a los pueblos y los que van saliendo camino de otro pueblo. Marchamos en paralelo vigilados por una hilera de policías. Vamos más o menos los mismos marchadores desde la salida en mi pelotón, acabamos pues saludándonos unos a otros. Aunque hay jueces apuntando no se qué observaciones en algunas hojas, los mejores controladores somos nosotros los propios marchadores. En realidad, nos observamos (vigilamos) unos a otros. El esfuerzo es consistente, nadie va a permitir que haya lugar para un tramposo a quien se le ocurriese correr. Seguramente no haya sido yo la única marchadora que iba pensando lo siguiente en esos instantes: “Este ya muestra signos de fatiga, ésta ha perdido posiciones, éste está todo colorado . ¡ Huy que tranquila y segura va esta ¡Anda, si parece que ésta tiene mi edad¡ ¡Bien , bien creo que se va a parar para ir al servicio y hay cola!” También observo que hay algunos y algunas muy guapos mientras yo voy como siempre con el chubasquero colgando de mala manera y la coleta mal hecha. Hubiera debido poner más esmero en arreglarme antes de la salida. ¡Parezco un botijo con patas! También pienso que no hubiera debido llevar la cámara de fotos. Me pesan demasiado los bolsillos del chubasquero, atiborrados como van de golosinas, gafas de sol, gafas de lectura, gua, gorra, barra labial protectora..... ¿Para qué habré metido tantas cosas como si fuese una ardilla invernando?
Malew, Arbory (17 miles). Ya se ha retirado bastante gente. Al examinar la lista y edades de los participantes , me doy cuenta posteriormente que unas cuantas veteranas de mi edad sólo han hecho algunos kilómetros. Algunas incluso no tomaron parte en el evento. Reflexionando, pienso que han debido apuntarse a la prueba sólo para hacer bulto o porque la prueba tiene un carácter solidario. Lo mismo hice yo para el maratón de Madrid. Así pues hay menos inscritos de lo que parece desde un principio para la prueba del Parish. Pocos piensan llegar al final. Bastantes quieren llegar hasta el Peel (50 Km. Algunos desean ir un poco más allá del Peel para marcar la diferencia. (Esto también lo entendí a posteriori) Y es que me contaron que la noche cae a las 23h y que el norte de la Isla es lo más llano de todo el recorrido. Si vas hasta Peel , puedes seguir un buen tramo más si las piernas responden y llevas la velocidad suficiente para no ser eliminado en ciertas etapas.
Aquí donde me encuentro del recorrido, acabo de salir de varios tramos muy empinados. Me estoy animando. En cuanto veo la mínima bajada o incluso llanos, aprovecho para incrementar al máximo el ritmo. Creo que tengo más posibilidades de las que hubiera imaginado porque estoy adelantando posiciones a pesar de la cola de 10 minutos en el servicio. Solo había una chica en el cuarto de baño. Parece que se estuvo poniendo una caja entera de compeed y ha dejado todo por el suelo ¡. Si que es raro ¡Los marchadores son limpísimos! Ni un vaso ni un papel por el suelo. Y justo al salir del servicio, 2oo metros más lejos ya se marcaba el tiempo de paso , era la meta parcial del pueblo . Lo que pasa cuando uno no conoce el lugar.
No voy peor que otros a pesar de la ampolla que llevo desde Madrid . Y es que oigo a todo el mundo comentando algo sobre sus “blisters”. Bueno ya se una palabra más en inglés. Empiezo a estar bien. Me relajo y disfruto del paisaje tan bucólico: cada pueblo tiene sus casas típicas, sus vacas, caballos salvajes , ovejas .Animales rebosantes de salud y campos repletos de humedad . Los tejados de las casas con sus formas triangulares, subrayan que estamos teniendo suerte con el tiempo cubierto. Hace un día relativamente seco con brisa agradable. Aquí debe llover a riales. Dicen que el último Parish WALK se desarrolló con una inclemencia tremenda, un tiempo invernal. No faltó ni el granizo. ¡Un verdadero infierno!
Los habitantes del pueblo están diseminados por las calles animando a todos. La mayoría de los que poseen una buena casa, han sacado mesa con bebidas, frutos secos, chuches y plátanos. Muchos niños nos ofrecen pasteles recién horneados, enviando besos por doquier. Los adultos aplauden con más pudor. No falta el aliento y el piropo de algún hombre mayor que parece saber de lo que habla.
Un habitante de la isla incluso a puesto a nuestra disposición una manguera con una ducha difusa que corre sin parar. Pocos la utilizan, hace fresco aunque a estas alturas todos tengamos las mejillas encendidas . Me doy cuenta que soy la única que lleva las camisetas superpuestas sudorosas porque los coches de apoyo van pasando recambios sin parar a sus favoritos.
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Rushen . (19 Miles ) Mucha gente se retira. ¿Por qué? No lo entiendo, yo me siento cada vez mejor. Es más, estoy viendo que igual tengo alguna posibilidad para llegar a Peel y quedar medianamente bien. Estoy manteniendo un ritmo próximo al que llevaba en Oloron. Me siento como Forrest Grump pero de pronto percibo envuelta en niebla una montañita llena de curvas ascendientes.
El temible Slot
Hileras de coches en procesión subrayan la tipografía y aquellos minúsculos puntitos amarillos que se divisan hasta la cima son los marchadores. No me lo puedo creer. Me freno en seco. No se si reír o quejarme en serio. No eran cinco minutos lo que debí poner en los intervalos más ascendentes de la cinta sino 15.
De hecho ya se oye murmurar: “¡One time and never more, they are made!
Decido aplicar la técnica montañera, cambio total de ritmo: mi cuerpo se va balanceando con cierta pesadez.
Por las fotos que vi al llegar, me doy cuenta que los primeros, “los velocistas del front” siguieron ascendiendo a toda velocidad ¡Esos sí que son atletas de verdad!
En estos momentos, en vez de alegrarme, me preocupa ver como unos cuantos se han parado para recobrar el aliento. He ralentizado mucho el ritmo pero voy segura. No me atrevo a ir más deprisa aunque creo que podría hacerlo pero tengo miedo a pinchar. Aprovecho para sacar la cámara de fotos y preguntarle a mi vecina que me haga una foto. Le digo que si no lo hace, mi equipo español, no se va a creer este vertiginoso perfil del temible llamado “Slot”.
Me he dado cuenta que los vecinos de la Isla y los organizadores, aparecen como por milagro, en los puntos más difíciles, con víveres de supervivencia energéticos – bebidas y comidas- En realidad ,no haría falta para nada coche de apoyo si no fuese por los cambios constantes de temperatura y la necesidad de cambiar la ropa. Mis vecinos me animan comentando que no está mal el cambiar tanto de topografía porque los apoyos de los pies cambian por completo, lo que permite ir relajando ciertas partes que ya están doloridas. Le doy vueltas a su comentario pero ya no imprimo demasiado. Hoy sí entiendo lo que me dijo ¡
Por fin acaba la interminable subida. Como dijo uno de los marchadores: “espero poder terminar la ascensión en 35 minutos.” Tenía razón, es exactamente, lo que hemos tardado.
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Me entero que estamos a 1/3 de Patrick (30,5miles) .
La fatiga empieza a notarse sobre los rostros aunque poca gente pierda la sonrisa o las palabras de aliento. Debo tener unos genes muy raros porque yo me siento cada vez más fuerte y menos cansada. Viene un llano y se percibe a lo lejos una bajada. También llega la lluvia, bastante fuerte como para calarme en poco tiempo. Los conductores vienen corriendo para traer chubasqueros y capelinas, gorras de plástico y tes calientes a sus familiares que compiten. Siento que tengo que crecerme en la adversidad o podría abandonar. Me acuerdo de todos los de AEMA, especialmente de Bernardo, de Santi y de Simone. De Luís que tanto me ha ayudado y no quiero pasar por una cobarde ni por una bocazas. ¡Tengo que llegar a Peel como sea¡ Llevo 5 minutos intentando ponerme el chubasquero pero no hay forma de abrir la cremallera. Llega un hombre súper servicial, el mismo que vi ayudar a otra veterana como yo porque iba con flato. Se para, me coloca todo bien. No me lo puedo creer. En la madrugada lo vi llegar, quedó de los finalistas. Tengo que escribirle para agradecerle el gesto. En ese momento sólo le esbozé una pequeña sonrisa desafiante a modo de agradecimiento. Decido arrancar. No me quiero demorar bajo esa lluvia persistente. Pregunto cuántas miles quedan.
Cuando me contestan que 7 miles, me alegro y me pongo a marchar con una energía que nunca había sacado todavía. Creo que nunca ande tan deprisa. Ni siquiera en Olorón. Voy pasando uno a uno a los marchadores de mi grupo. Algunos de ellos me habían mirado con una cierta compasión algunos instantes atrás. Ante su insistencia preguntándome cómo lo llevo, pienso que debo dar mala imagen.
Y así fui a toda pastilla hasta el final. Sólo pensaba en llegar, ya me daban igual los demás , me daba igual el paisaje , iba cada vez más rápido.
Peel Sólo recuerdo el haber llegado sin percibir siquiera que hubieran fotógrafos, periodistas de la televisión. Eso lo entendí después. Y además vi que los del finish llegaron humildes, sin que se armara tanto revuelo.
A los que nos quedamos allí, nos dieron un buen té caliente y galletas.
Tuve el privilegio de que me dieran un masaje extraordinario gratis de media hora. Yo no pensaba que me tocaría porque éramos muchos pero uno de los marchadores había contado que venía de España , que no tenía coche de apoyo y que tenía que regresar a Douglas.
Cogimos un taxi entre 6 personas para regresar porque acababa de pasar el último bus. Llegué al hotel satisfecha, un poco triste por no poder celebrarlo, con un grupito de españoles brindando con las estupendas cervezitas del lugar. Les escribí a los de AEMA para decirles que les echaba de menos.
Domingo o5horas de la Madrugada Douglas
¡Qué rabia , he dormido más de lo que hubiera querido! Cuando me tumbé en la cama
ni siquiera estaba la meta del Parish Walk frente a mi ventana del Hotel.
La han debido montar durante la noche. Está chispeando, acaba de levantarse el día. Me pongo cualquier cosa encima y bajo a toda velocidad para ver llegar a los héroes. No me duele nada del cuerpo, nada. Sólo la ampolla.
Desdé que llegué al lugar de la meta han ido desfilando hasta las 08h05 de la mañana mujeres y hombres que han andado un día entero. Se han atrevido a adentrarse en lo más frondoso y lo más húmedo de la noche. Héroes del silencio .La mayoría llegan de la mano despacio, algunos ladeados, incluso cojeando.
¿Por qué me habré dormido, por qué no he podido ver la llegada de los primeros. Me tendré que conformar con verlo por internet, como si me hubiese quedado en Madrid!
Me he colocado en el puesto de control informático de la llegada, resguardada de la lluvia. Converso con unos y otros lo más animadamente que puedo a estas horas de la madrugada. Veo llegar a algunos hombres y mujeres muy dignos. Llegan los últimos, sonríen el tiempo de la foto y hasta aceleran. La mayoría se derrumban emocionalmente cuando aplaudimos los escasos espectadores que allí nos encontramos congregados un domingo por la mañana. Llueve cada vez más.
Todos estamos un poco quemados y nos impacientamos porque llega un marchador a las 7H55 a paso de tortuga. Le decimos que acelere. Casi nos enfadamos.
De pronto, percibimos que no va solo, lleva a un bebé en cada uno de sus manos. Son tan diminutos que casi no saben andar. Son sus dos hijos enfundados en chubasqueros más grandes que ellos. Es un momento muy emotivo. Así pasan los tres la meta.
Me despido de unos de mis vecinos de turno de espera durante la noche. He estado contándole mi iniciación y parece que le ha hecho gracia.
Dios qué miserable soy ¡Cuando llego al hotel y me conecto a Internet después del desayuno veo en la foto de portada que había estado hablando como media hora con el campeón de la prueba. No llevaba la camiseta del Parish Walk. No dijo ni una palabra de que hubiera hecho el recorrido, sólo me felicito y se preocupo por mí. Trágame tierra, ni siquiera le pregunté si él había hecho el Parish Walk! Pensaba que era un ingeniero de cámara o de sonido ¡CORTEN!